21 de junio de 2005

Y volando se fue

Estaba harta de estar siempre aguantando a la gente que le pisaba. De dar vueltas y vueltas sin parar, pero sin llegar nunca a ningún sitio. Así que un buen día decidió echar a volar. Volar alto y lejos hasta posarse en un lugar alto en el que poder contemplar a los demás por encima.
Ahí está todavía, viendo el mundo pasar desde la seguridad que le da su nueva posición.


Me refiero, claro está, a la bicicleta estática voladora. :-)

Bromas aparte, esta bicicleta estática está sobre una estructura de metal en la plaza que hay frente al Campus de La Merced de la Universidad de Murcia. No sé como llegó hasta ahí, pero el caso es que lleva ya, al menos que yo tenga conocimiento, más de dos meses.



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