31 de marzo de 2006

Reactores nucleares naturales

Hace un tiempo hablé sobre las profundidades de los yacimientos mineros, y acompañaba el artículo con un documento divulgativo de Enresa.

Leyéndolo detenidamente aparecía un apartado sobre reactores naturales. Decidí seguir leyendo por otras webs para aprender un poquito más, y al final acabé escribiendo este post.

Hace tiempo que llevo leyendo cosas acerca de la posibilidad de mandar los residuos radiactivos al fondo de la Tierra. Introducirlos en zonas geológicamente estables.

A pesar de tener 1,5 millones de años, no presentaban signos de descomposición


En principio me parecía una locura, pero viendo lo que ha sucedido en la naturaleza, no parece tan alocado. Os cuento.

En Mounana, un pueblo en Gabón, hay una mina de uranio. Esta mina está en desuso hoy día. No voy a hablar sobre la explotación que sufrieron sus trabajadores a manos de la compañía francesa Comuf (Compagnie des Mines d'Uranium de Franceville). Al fin y al cabo, la minería en todo el mundo no ha sido respetuosa con el medio ambiente ni con sus trabajadores hasta hace bien poco.

Resulta que en dicha mina, desde hace miles de años, se están produciendo reacciones nucleares de forma natural y espontánea. Reacciones como las de las centrales nucleares. El caso es que, a muy pocos metros de ahí, las radiaciones no son elevadas. Esto quiere decir que, confinando correctamente los residuos radiactivos, estos pueden aguantar miles de años sin "mezclarse" con el medio ambiente. El tiempo que necesitan para perder su energía.

Otro caso es el de Cigar Lake, en el norte de Canadá. Allí hay otro yacimiento que, desde hace millones de años, ha contenido uranio. Lo curioso es que este uranio se encuentra a muy poca profundidad, apenas unos 400 metros. Pero en la superficie no se han encontrado restos. Esto quiere decir que el uranio ha estado a 400 metros de profundidad, rodeado de arcillas que lo protegen del agua. Y ese agua de los alrededores, además, posee muy poco oxígeno y no asciende al exterior. Muestras tomadas en superficie mostraban una ausencia casi total de radiactividad.

También llamativo, es el caso de Dunarobba (link en inglés) , en Umbría (Italia). A finales de los años 70 aparecieron restos de troncos de árboles de un antiguo bosque. A pesar de tener 1,5 millones de años, no presentaban signos de descomposición. Incluso tenían propiedades más típicas de la madera fresca.


Fuente: Skb.se


Era Taxodioxylon, un primo lejano (muy lejano, de más de un millón de años) de los Sequoia. Una capa de arcilla los protegió del exterior durante todo este tiempo evitando su putrefacción.

Existen otros muchos casos que podeis ver aqui (están en la columna de la derecha).

Tras leer cosas como esta no parece tan disparatado introducir bajo tierra nuestros actuales residuos radiactivos. Si una simple capa de arcilla puede aguantar durante miles de años, también puede hacerlo un bidón de metal, cubierto por varios metros de hormigón, y recubierto todo por una gruesa capa de arcilla. Todo ese paquete enterrado en el fondo de alguna mina.

Obviamente, seamos precavidos. Sería necesario un estudio a fondo, pero que muy a fondo, del terreno. Deberá ser un terreno que no se haya movido en millones de años. Con unos estratos geológicos muy concretos y muy estables.

Aún así siempre nos quedará la duda. ¿Será suficientemente estable el terreno de aquí a 10.000 años? ¿Aguantará tanto tiempo? ¿Y si algo sale mal?

El riesgo, aún, es muy grande y yo no quiero correrlo. Pero es cierto que tenemos que hacer algo. Tampoco podemos tenerlos guardados en un almacén, en la superficie, indefinidamente.

Otra propuesta más alocada es mandarlos al espacio. Pero aparte de su coste económico, a mi me enseñaron de pequeño que todo lo que sube acaba por bajar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Imaginate llenar el universo de mierda, tarde o temprano tendrían que venir los extraterrestres xD