17 de junio de 2008

¡Solo 8 dias!

Ayer presenté el proyecto que hemos realizado en Copenhague. Por suerte todo ha ido muy bien. Un 10. Aunque tampoco estoy del todo seguro porque el sistema de puntuación es un poco raro.

Aqui el tiempo no corre, vuela. Acelera sin parar. Pasan los días y esto va llegando a su fin. Ya se ha ido uno de vuelta a casa. Ayer acabé con la universidad. Ayer me despedí de nuestro supervisor del proyecto... Es otra etapa completada.

¿Y hoy? ¿Y mañana? No lo sé. Aún recuerdo cuando llegué a este país y estaba desorientado. Ahora todo me parece muy normal. ¿Me habré hecho un poco más danés? Lo descubriré cuando llegue a casa.

Anoche cené con unos amigos para celebrar el fin del proyecto, y después encendimos un fuego en el jardín. Me vinieron muchos recuerdos de los campamentos de verano cuando yo era niño. Una noche que empieza a hacerse fría, todos rodeados junto al fuego, sin apenas cruzar palabra alguna. Simplemente mirando el crujir de la madera en las llamas. Intentando disfrutar del último minuto, negándonos a aceptar lo inevitable.


Marshmallow roast a fuego lento, después de los american hot dogs.


Una parte de mí quiere volver... Y la otra quedarse...

Tengo un vuelo a España el día 25, y ayer tarde estuve barajando la posibilidad de cambiarlo por otro y poder irme unos días a Berlín con un amigo. Pero está complicado.

No, niño. Tienes que admitirlo. Esto se acaba. No hay vuelta atrás. Fue divertido y emocionante. Pero has de volver. Tus días como Erasmus han llegado a su fin. La vida es así de dura a veces.

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