28 de marzo de 2005

Kioto, ¿A alguien le importa?

El protocolo de Kioto entró en vigor el 15 de Febrero de 2005. Como todos sabemos el objetivo es reducir las emisiones de gases contaminantes. Y es aquí donde comienza el problema.

Al margen de que algunos países no lo hayan ratificado, al ciudadano de a pie le importa poco. Digo esto porque su apoyo a este protocolo se basa en pensar "Muy bien, así se reducirá la contaminación y el agujero en la capa de ozono" y "A ver si las grandes industrias y los gobiernos dejan ya de contaminar de una vez el planeta".

Mi desacuerdo con esta segunda idea. Lo siento, pero es muy triste que la gente piense esto. Es cierto que estas empresas suelen contaminar mucho, pero es por nuestra culpa; y no contaminan tanto teniendo en cuenta lo que producen. Aunque vale, siempre hay alguna que se pasa. Pero no es eso lo que quiero tratar hoy.

Un claro ejemplo de esto es la industria de la energía. No podemos pedirle que contamine poco si cada 6 meses conseguimos nuevos records de consumo eléctrico (en inverno con los calefactores y en verano con los aires acondicionados).

Está muy bien eso de las energías renovables, de los molinos de viento y las placas fotovoltaicas. Pero para que sea una realidad nuestro consumo energético ha de disminuir muchisimo. El actual ritmo de consumo precisaría de una cantidad de metros cuadrados de placas solares y un numero de molinos de viento inviable, por su elevado costo y la falta de espacio.

¿Que qué es lo que podemos hacer desde nuestra humilde posición? Básicamente consumir menos. En esta sociedad de consumo debemos acostumbrarnos a no gastar más de lo que precisamos. Pensad en el proceso de las cosas: de dónde vienen y adónde van. Os lo comento con un simple ejemplo, las bolsas de plástico. Piensa en la materia prima (petróleo), en el transporte que ha realizado (un buque petrolero con un motor que contamina o un oleoducto), la industria que lo ha procesado (el petróleo ha sido destilado calentándolo - esto es más contaminación- y lo obtenido ha sido modificado con ciertos productos químicos - ¿cual ha sido el proceso de obtencion de esos productosquímicos?), cómo ha llegado a tu casa (has cogido la bolsa en el "super"), el tiempo que lo vas a usar (los 5 minutos que separan tu casa del "super"), dónde lo vas a dejar cuando deje de ser necesario (en el cubo de la basura), y por último qué, quién y cómo va a ser destruido/reciclado (vete a saber como lo hace tu ayuntamiento). Verás que muchos de estos puntos dejan que desear.

Para este ejemplo la solución es tan simple como llevarte tus propias bolsas a la compra y, cuando esten muy usadas, echarlas al contenedor apropiado. Es triste que un objeto que ha supuesto un costo energético y medioambiental relativamente importante apenas sea usado 5 minutos.

Y el problema ya no es solo de lo que tu compras, sino de tu estilo de vida. Más de un tercio de la contaminación en España la produce el tráfico rodado en nuestras carreteras y calles. Usa el coche lo menos posible. Imagina que se te hubiera roto y lo tuvieras en el taller ¿como te desplazarías? A pie, aunque tardes un poco (o bastante) más.

En fin, siempre nos quedará la bicicleta.

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